En el ocaso del 2019 reflexionamos de lo que fue, pensamos en un 2020 más promisorio, hacemos planes, vemos más allá de lo que fue, empezamos con el pie derecho, nueva comisión, nuevas ideas y por qué no, un calendario de carreras a tiempo, llega el primer evento del año 2020 “El contrarreloj” todo un desafío para ver cómo están los tiempos de los corredores, un poco oxidados aún por las fiestas navideñas, pero listos para revalidar hazañas pasadas.
La primera válida del año, un poco fría, pero con muchos entusiasmo… pero, como salido de libro apocalíptico llega lo menos pensado “la pandemia” teorías conspirativas o no, es una realidad, todos nuestros entrenamientos, actualizaciones quedan suspendido en un letargo, la pista que estaba en condición aceptable comienza un franco deterioro, la cuarentena hace estragos en ella, la imposibilidad de practicar en ella nos obliga a mirar otras alternativas, paseos dominguero en el mirador, la zona y ¿porque no? la ciclovía, un proyecto acertado que ha entusiasmado a muchos usuarios de las bicicletas en todas sus modalidades.
Además, el ejercicio en casa no se queda atrás, la adquisición de una bici estacionaria o un rolo, es una opción real de seguir para el acondicionamiento físico de un deporte que tanto nos apasiona, muchos han optado también por el MTB, el botánico con su circuito extremo y a la vez segura, ha sido una acertada idea por parte de sus organizadores encabezado por el amigo Alfredo Nin, entusiasta de las ruedas, ha mantenido el trayecto limpio, seguro y con obstáculos agresivos y técnicos para la práctica de esta modalidad del MTB.
Familias enteras se han unido en esta práctica del ciclismo, la pandemia nos ha unido y esperamos que siga así.
Las bicicletas en todas sus opciones se han agotado, el mundo se ha volcado a una vida más saludable, más ecológica, más amigable para con el planeta… y todo por una pandemia.
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