Estos días de confinamiento nos han hecho reflexionar sobre las muchas cosas que podemos hacer para estar mejor, o más preparados, para impedir el contagio de la Covid-19. Muchos han sido, y son, los consejos que escuchamos o leemos en los medios de comunicación: cuidado de la dieta, ejercicio físico, meditación, etc. La realidad es que dentro de muchos estudios se ha determinado que la práctica deportiva es el modo más sencillo de prevenir patologías y mejorar nuestra salud.
Desde mí experiencia como psicologa clínica y entrenadora personal puedo mencionar que los principales beneficios de la actividad física son:
Hace frente a la ansiedad y depresión
Los miedos derivados de esta situación de pandemia nos ha llevado a un estado de ansiedad, incluso depresivo. Al estrés del día a día se le suma a esta nueva situación que genera inseguridades (¿qué ocurrirá?, ¿a dónde vamos?, etc.) e incluso pensamientos negativos (¿conseguiré cumplir con mis responsabilidades profesionales y financieras?), propios de estados depresivos. Para esto el ejercicio físico es una fuente natural de energía, incrementa los niveles de noradrenalina, implicada en la respuesta al organismo al estrés y la serotonina que aumenta los niveles de actividad cerebral y combatir la ansiedad.
Beneficia el sistema respiratorio y cardiovascular
Ya que mejora la ventilación pulmonar, manteniendo limpia y flexible la superficie alveolar por lo que el intercambio de gases sea más eficaz. Disminuye la frecuencia cardiaca en reposo y mejora el sistema de retorno venoso, previene el colesterol y evita posibles infartos y a la vez previene enfermedades cerebrovasculares y por ende hace frente a cualquier situación derivada al contagio de covid.
El ejercicio a la vez ayuda a prevenir y sobrellevar el sobrepeso derivado del encierro de este año
Caracterizado por vivir en una incertidumbre que ha llevado a muchos de nosotros a sobrepasar los niveles de ansiedad y con ello las ganas de ingerir comida. La combinación del aislamiento social, del aumento de la hormona del cortisol que trae el miedo, la angustia, la inseguridad e incertidumbre a nivel laboral que nos espera combinado con la mala alimentación que están teniendo las personas con un aumento de alimentos industrializados, y la mayor cantidad de azúcares y harinas. Y he aquí el papel de la actividad física que nos ayuda a tener un adecuado gasto calórico, mejorar el manejo de lípidos, mejorar la sensibilidad a la insulina, disminuir la grasa visceral y aumentar la masa magra.
La actividad física aumenta tus defensas naturales
Varios estudios indican que la práctica de ejercicio pautado reduce la probabilidad de enfermedades, ya que tus defensas se hacen más fuertes, provocan cambios en los anticuerpos y los glóbulos blancos, que son los encargados de combatir las enfermedades, estos anticuerpos circulan más rápidamente y pueden detectar las enfermedades con más rapidez.
Pero también hay que dejar claro que si entrenas en exceso, el agotamiento, cansancio y falta de energía, provoca un fallo en las defensas y se abre un agujero por donde entran las infecciones ya que tus entrenamientos son de una intensidad superior a la que puedes asimilar y necesitas una cantidad tal de energía, tanto para desarrollarlos como para reponerse del desgaste que supone cada sesión, que literalmente no te quedan fuerzas para defenderte.
Si eres una persona en recuperación de covid, lo más adecuado es que sometan a una evaluación médica que rectifique la recuperación plena de la enfermedad, como un electrocardiograma para medir la actividad del corazón, pruebas como troponina que mide alteraciones en sangre de proteínas estructurales y reguladoras de la contracción del músculo cardíaco y esquelético; pruebas de esfuerzo que miden la resistencia física y cardíaca y pulmonar, holter y hasta una resonancia magnética.
El retorno al ejercicio debe de ser gradual, empezando por ejercicios respiratorios y continuando por fortalecimiento muscular antes de iniciar un entrenamiento aeróbico y recordando siempre las medidas básicas de protección, usar mascarilla y mantener una distancia básica de dos metros. Si durante o después del ejercicio, te sientes muy cansado y tienes palpitaciones, dificultad para respirar o dolor en el pecho, consulta nuevamente con un profesional de la salud.
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