Estuve durmiendo lo que parecía un descanso eterno; pero el sonido o mejor dicho el ruido, de algunos que pretenden usar el ciclismo como manera de descargar sus frustraciones, anhelos de grandeza, deseos de escalado social o simplemente llenar sus vacíos existenciales me han hecho resurgir de las cenizas en la que yo mismo me inmolara hace muchos años.
La tecnología que hoy vivimos nos permite expresarnos como nunca; sin embargo hemos abusado de esos medios al utilizarlos de la manera que hoy se hace, un arma bien usada puede servir para mantener la paz y el orden; pero en mano de un delincuente sólo sirve para sembrar caos, propagar crimen y hacer que se pierdan vidas, así mismo es el uso de redes sociales y herramientas de comunicación como el tan usado Whatsapp.
Sucede que esas redes son usadas para hacer gala del histrionismo que acompaña a algunos, ese afán de publicarlo todo; pero la cosa se agrava cuando el objetivo es querer sobresalir, disminuir al otro, decir que se es mejor o se está mejor que los demás y hay que salir a gritarlo a los cuatro vientos desde el tope de montañas tan altas como Instagram, Twitter y la peor de todas Whatsapp.
¿Por qué WhatsApp es la peor?
Porque es la que te permite reenviar y esa gente que necesita sonido sólo la dejan caer en uno de esos chats de ciclistas y sabe que comenzará a rodar como pólvora encendida en una fábrica clandestina de fuegos artificiales en navidad dirigida por un borracho amanecido.
Muchas veces el histrionismo es una condición psiquiátrica incontrolable que en la mayoría de los casos vienen desde cuando la persona era niño y muchas veces es porque detrás hubo una falta grande, a lo mejor nunca lo cargaron cuando niño por feo o simplemente a usted le da con andar diciendo cuánto le costó su bicicleta? porque nunca tuvo siquiera un velocípedo.
La revolución francesa la encabezaron los burgueses, lo que hoy conocemos como clase media, debido a los abusos de la realeza que gobernaba, hoy día tenemos al “nuevo rico” una clase que surge de las oportunidades que da una economía que crece grandemente como la nuestra; pero esa misma gente se ve ahí y no sabe qué hacer porque, como dije más arriba, no tuvieron la oportunidad de ser instruidos en el manejo de bienes y sobre todo el comportamiento a exhibir en su nueva sociedad, sobre todo cuando cuentan con una clase que se encarga de aplaudir como focas no sabiendo que al cuello tienen el agua de la ridiculez de que se enorgullecen.
Agenciarse calificativos que marcan una diferencia social como si de una casta de la India se tratara es otra forma de buscar encajar y paradójicamente denota la ausencia de las características que adornan eso que se busca, lo único que demuestra es que usted es de la casta inferior a la que usted grita que pertenece.
Si usted entiende que tener una bicicleta de una marca o pertenecer a un grupo o equipo X le da posición, sepa que la única posición en la que usted está es en la de un vacío existencial que necesita sonido a cualquier precio tal como hacen los “dembowseros” que quieren estar en la palestra a cualquier precio, no importando que para ello haya que hasta exponer sus vestimentas íntimas. Al final si por la bicicleta es, deténgase y hágase la siguiente pregunta: ¿Cuántos Campeonatos Mundiales ha ganado la marca suya? ¿Cuántos ciclistas de renombre usan la marca de su bici? ¿Qué participación en el mercado global tiene? Si así rápidamente no le llega nada a la mente usted no es más que un demente en proceso de envejecimiento.
Y a ustedes, al resto, no sean tontos útiles, no aplaudan como foca, no sea borrego, no reenvíe todo lo que le cae en su teléfono inteligente
¡Que el nivel de inteligencia de ese teléfono está atado directamente a la inteligencia del que lo usa!
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