¡Que no muera uno más!
La comunidad ciclística de nuestro país amaneció el pasado 17 de agosto con la trágica noticia de que en la Autovía del Coral había sido atropellado un joven mientras entrenaba en su bicicleta, la información corrió por los chats de Whatsapp como pólvora, llegaron notas de voz diciendo que estaba vivo y consciente, unos cuanto minutos más tarde nos enteramos que lamentablemente murió, su nombre era Jean Paul, apenas 35 años con dos hijos pequeños que quedan en la orfandad paterna. Aunque uno no conozca la persona, como es mi caso, le llegan sentimientos de tristeza porque se perdió una vida, una vida valiosa de un joven profesional de la ingeniería, un padre, un amigo de muchos ciclistas, aparte de la tristeza llegan sentimientos de impotencia y rabia porque estas cosas siguen pasando y uno como aficionado a este deporte inmediatamente piensa que pudo haberle pasado a uno y que mis hijos pudieran quedar en la orfandad como han quedado los de Jean Paul.
No pude evitar que me llegara a la mente el accidente que sucedió hace un tiempo en la carretera que lleva al aeropuerto La Isabela en el Higüero, donde falleció un joven ciclista llamado Wady en situaciones muy similares a la de Jean Paul, iba en una carretera de dos carriles con suficiente espacio y fue embestido por detrás por un auto de la misma marca, un Hiunday Sonata, rebotó con el cristal y el techo del vehículo, cayó al pavimento, quedó vivo; pero lamentablemente murió unos días después producto de los golpes del accidente. También hace un tiempo un grupo de triatletas que entrenaban en la carretera de Juan Dolio fueron arrollados por un vehículo resultando varias de las muchachas del grupo heridas, Gabriela Tejada también fue chocada regresando de un entrenamiento hace poco.
Nuestro país no es el único sitio donde han muerto ciclistas, sucede en todas partes y no va a dejar de suceder porque los ciclistas no van a dejar de usar sus bicicletas en las carreteras porque bicicletas ha habido durante más de 200 años, mucho antes que existieran los automóviles y no se han dejado de usar.
Lo más lamentable es tener que leer en redes y oír comentarios de gente tan egoísta e ignorante que usan expresiones como “los ciclistas están en el medio”, “hay que prohibir que las bicicletas anden en las carreteras”, el más risible de todos es que mucha gente entiende que la recién implementada ciclovía es la que produce los tapones en Santo Domingo, cuando en esta ciudad los tapones más grandes son en las avenidas que no tienen ciclovías.
Las bicicletas no están en el medio ni pueden ser prohibidas porque nuestra ley 63-17 establece un marco legal que regula el uso de las bicicletas en nuestras carreteras, al artículo 251 establece las prohibiciones y las normas para el uso de bicicletas en calles y carreteras por lo que usar una en una carretera es totalmente legal, es un derecho que tiene el ciclista como ciudadano a usar el espacio público que nos pertenece a todos y tampoco aplican los comentarios de alguno incautos de que las bicicletas no pagan placa o que no pagan impuestos, porque la ley no requiere que las usen y sí pagan impuestos arancelarios como cualquier otra mercancía que entra por nuestras aduanas, pagan ITBIS en las tiendas que son adquiridas y los que las compran pagan sus impuestos al fisco por sus otras actividades comerciales o como empleados, porque si el público no lo sabía, este no es un deporte barato y hay que gastar e invertir dinero, tanto como cualquier otro hobby, por lo que sí por su cabeza pasó alguno de estos comentarios sepa que usted está equivocado ¡y mucho!
La preocupación más grande que tengo es la ausencia de consecuencias cuando suceden estos accidentes y dicha ausencia de consecuencias es la razón principal de que sucedan estas cosas, que el ciudadano no respeta la ley, no es temeroso porque saben que no les va a pasar nada, estos conductores que le han quitado la vida a ciclistas y peatones por conducir de manera irresponsable en nuestras carreteras a alta velocidad y distrayéndose saben que el seguro del vehículo con pagar una fianza los ponen en la calle en menos de 24 horas como algunas compañías de seguros se han jactado en el pasado en su publicidad.
No quiero que se politice el tema; pero quiero pedir a nuestra autoridades que llegaron al poder ofreciendo y prometiendo un cambio que se aplique el régimen de consecuencias establecido en la ley 63-17 sobre tránsito, transporte y movilidad, el gobierno anterior por demagogia política no aplicó dicho régimen de consecuencias porque las elecciones estaban cerca y aún tenemos multas que son regidas por una ley que ya fue derogada, que de paso un Tribunal las declara inconstitucionales.
Sin orden esta sociedad no se organizará nunca
Lo que digo y pido no es sólo por y para los ciclistas, lo pido como ciudadano que tiene que lidiar con el caos del tránsito a diario, como padre que tiene miedo de perder uno de sus hijos en un accidente de tránsito, que dicho sea de paso el Covid19 a casi dos años de pandemia no lleva más muertes acumuladas que las que murieron por accidentes de tránsito en 2020 que fueron más de 4 mil almas que se perdieron. El día que a un conductor desaprensivo le pongan una multa como establece la ley en por lo menos un salario mínimo que es de 10 mil pesos o el que por irresponsable atropelle a un ciclista o un peatón y tenga que enfrentar la cárcel por aunque sea 6 meses o 1 año, ese día comenzaremos a tener más orden y carreteras más seguras. Y si usted es de los que piensa que 10 mil pesos es mucho o un abuso, simplemente ¡NO QUEBRANTE LA LEY! y no le tocará ninguna multa.
Presidente Abinader, denos el cambio prometido, ordene que se establezca el régimen de consecuencias descrito en la ley 63-17 y estoy seguro que se ganará la simpatía de la mayoría; pero más importante es que dejaremos de perder vidas valiosas que aportaban a nuestra sociedad como la de Jean Paul y la de Wady.
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